Orestes, la soledad
sea la culpa no verguenza
Antonio Henriquez
El silencio frente a
las respuestas intimas que buscan los estados mentales subjetivos cuando la
normalidad se representa en la expresión verbal. Desconocer el día, don de la
sanidad, problemas de insomnio, perdón – culpa, no controlar el cuerpo, regirse
por métodos de sostenimiento distintos a los que se acostumbra comúnmente. No
se tiene consciencia del tiempo, perdiéndose su presencia y noción, sin saber concretamente
cuál de ellas fue la primera en disiparse. ¿Hasta donde lo que se cree termina
por ser cierto, y cuando se toma cuenta sobre la falsedad del pensamiento? La realidad
quizás deja de formar parte de lo observable para transformarse en varios esquemas
de pensamientos internos que sobrepasan los estados mentales subjetivos, trascendiendo
el factor de lo temporal, arrastrando consigo todas las figuras simbólicas que dan
respuesta a la cultura. Olvidos, recuerdos que
existen solamente si son hablados.
“capital es lo que no tenemos, Nicaragua no tiene capital, escombros es lo único
que tiene”. Ser escriba ante la falta de
un acompañante.
Frente a la soledad son
los sueños el acompañante del renunciante. Dícese que algo de divino acompaña los
deseos – pasiones humanas; delirios religiosos, delirios místicos, delirios poéticos
y amorosos. Confluye, lo anterior, en el “deber· de ser humano, si se superan
las soluciones verbales todas ellas, y los actos se dieran a interpretar bajo
otros parámetros, mas no por sus significados. “Estar enfermo es estar bien”, “los muertos
somos muertos que nunca viven”. Actitudes
del sujeto frente al otro.
Cuáles son esos otros parámetros
sino la renuncia, llamada algunas veces como búsqueda de la sabiduría tanto en
plano intelectual y teológico. Escuchar y guardarse. Entonces las conjeturas proféticas
no desesperan sin razón alguna. Se está
alerta para guardarse de ser sorprendido, superando lo que se cree es el acto
en sí mismo. De qué manera se da
evidencia de tal viaje, a no ser por la presencia constante de anhedonia. Refiérase a aquello con lo cual soñó, parte insondable, desprendida de lo real
manifiesto, participe solamente en recuerdos. Quizás no tan ciertos e
imprecisos, pero si atentos en lo que se cree en el momento. Es lo verdadero
para el sujeto, aunque no sea así comprendido por los receptores, aparatos de
las instituciones del juicio todos nosotros. Los monjes del cristianismo de oriente con
tristeza y angustia hacen frente a tantas cavilaciones espirituales. El abandono
y la lucha contra las fuerzas terrenales, se caracteriza por la ruptura en una
especia de ataraxia elevada hasta lo incomprensible. No – acto, no – presencia,
no – movimiento. Estar solo frente al pensamiento puro, sea falso o verdadero. “solo
platicaban sobre mí, cosas amenas, como vivía, yo de salud, de alegría”. La visión del pensamiento en todos lados.
Anotar las intenciones
del abandono. Si es voluntario, impuesto o accidental. Bloqueado por experiencias
transversales. Tal vez no hubieran tenido lugar en otras circunstancias, si de
verdad fueran transversales. Algunas ocasiones tal renuncia se presenta de forma
hostil, por asco o inconformidad, porque se dio el espacio de verse subyugado
por lo llamativo de la sencillez. Son las circunstancias cíclicas, y se informa
de ellas a través de las ideas expresadas. Cumplen la función de la “presencia”
legiones de fragmentos del pensamiento disgregados; juntándose para dar forma y
sentido a experiencias, sean agradables o no, situaciones pretéritas que hayan
sido relevantes o no, personas que estuvieron y ya no, y sus rostros son
ideados de nuevo como respuesta a los estragos del olvido. Si es posible, puede
aprender a vivir otra vez, pero no aprender a conmoverse por el entorno y sus
actores. “aquí todos trabajamos, ¿verdad?”. La
presencia, lo no real.
Por momentos los
movimientos son bruscos, y ahí tirado en el suelo, como si se tratara del sueño
de un padre del desierto, emite sonidos poco comunes, que no corresponden a
ninguna palabra existente. Tira sus brazos al aire y sus zapatos también. Mueve
todas sus extremidades pero conserva la postura general de su cuerpo sobre el
piso. Luego se pone en pie, y se dirige a cualquier parte, olvidando, al
parecer, todo lo que había sucedido anteriormente. Entonces se dirá, ¿qué
significa olvidar? cuando recordar es ilusión, aprehender por alteraciones,
porque lo que se ve esta derramado por la distorsión, y es que no puede
subsistir la idea sin la presencia de los elementos que la componen. El cuerpo
tenso y los incomprensibles sonidos, pasan a ser un concepto en tal escenario. Prefiriendo explicar
aquello que se ve por medio de soluciones verbales. Hay un mito del sujeto el
cual supera toda parafernalia explicativa, lo que es en sí, para sí mismo, sorprende
a casi todos y suscita odio por haber creado al cuerpo en pos de un lenguaje de
rebelión. “ellos se ponen el nombre solitos”. Solución a lo que no existe.
Hay vestigios, sin
embargo, de cosas que dan conocimiento sobre lo que pudo haber sido, aunque se
carezcan de los medios fehacientes para comprobarlo. Sin embargo se cuenta con
reflexiones espontaneas, ideas preconcebidas, espejismos de la personalidad
ulterior, que permiten definir un poco, tan solo, quien es o fue tal sujeto. Tomando
en consideración a algunas personas cuyas realidades se aseguran solamente si
se sustentan por el devenir de lo observable, renunciando de conocer algo que
caiga en la categoría de lo comunicable. De qué forma puede conspirar el
pensamiento, si es que aún no se encuentra tan destruido, para hacer frente al
mismo espacio inmutable, donde nada
cambia y son los días uno y no varios, y el tiempo se entrega para percibirse
en instantes, siendo cada instante un momento eterno intrincado sobre ese
tiempo. Se llega a la soledad, en ocasiones, de forma voluntaria, algunas veces
accidental, situándose en tal monotonía, la misma noción de estar solo
trasciende el significado del término para desconocer si se está solo realmente,
y no es este un término acuñado únicamente por la ausencia del otro, obviando así,
a la persona que desconoce sobre la realidad de su ser y entorno, cuando él “principio
de lo posible” no es suficiente. Solitario delante las resistencias del mundo, sufriendo
transiciones sobre pensamientos derrotados que encuentran alrededor, en cada
momento que no pasa, un nuevo
nacimiento. “Pico della mirándola claro que fue un gran pensador”. Introducción al conocimiento.
No habrá más que los
mismos lugares habitados por las mismas personas, como si de todo han pasado de
lado, menos de la territorialidad, principio básico para establecer referencia
temporal. Quizás otorgue sentido a la existencia, la seguridad de caminar sin
saber dónde van, pero volver y reconocer, de forma misteriosa, donde fue el
punto de partida hacia la nada. “llega y se sienta, uno se fija en el detalle
de su cama para arreglarla, otro, permanece inmóvil sobre sus pies, en un lugar
que no es habitual para él, sin embargo, la mirada fija en el vacío, es parte
de su cotidianeidad”. La traición de las circunstancias, sonreír sin expresarlo,
y el horror a lo sensible, el fuego que se debe apagar en la cabeza del padre, un
juego de ajedrez, hacer congas, pensar al que no está, Orestes, la soledad.
A los de adentro. Mártires
de la providencia.
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